jueves, 15 de julio de 2021

EL CABALLO MILITAR TOXICO DE LA HISTORIA DE VENEZUELA.

 Por: Licdo. Alexis Enrique Blanco Blanco.

La historia de Venezuela ha sido escrita sobre la marcha romántica de un caballo militar bolivariano que eternamente vaga por el tiempo como un quijote justiciero o vengador. Este principio histórico siempre ha sido utilizado no solo para honrar la memoria de nuestros libertadores y la épica del pueblo venezolano y sus efemérides, si no como un artilugio para adoctrinar de manera tóxica la conciencia social del pueblo venezolano, superponiendo con métodos educativos y propagandísticos, la imagen del libertador al líder y dictador de turno (la militarización de la conciencia). Esto bajo la conducción intelectual de ancestrales logias cuartelarías de pensamiento bolivariano, quienes han construido toda una ideología o religión a nombre del legado del libertador Simón Bolívar y cuyos diáconos e ideólogos cíclicamente irrumpen en la vida política nacional para gobernar con fuerza, violencia, corrupción y despotismo.

A lo largo de nuestra historia innumerables han sido los episodios en donde diversos movimientos sociales y militares de insurrección, bajo la ideología bolivariana han conducido al país a revoluciones, guerras civiles, asonadas sangrientas y corruptas dictaduras militares. Es por ello que las nuevas generaciones de civiles venezolanos deben estar conscientes de la necesidad histórica de bajar a Venezuela del caballo militar ideológico para poder transitar por el camino de la modernidad y el desarrollo sustentable, sin dejar darle el justo valor y respeto al libertador Simón Bolívar, abandonando la religiosidad fanática de los valores militares proyectados en la sociedad civil a través de un sistema educativo de dominación que en los anales de la historia datan de la época del presidente de pensamiento Masón, el General Antonio Guzmán Blanco, quien instaura la ritualidad de orden militar y el culto de Veneración al libertador y lo extrapola a la sociedad con el objeto de dar forma al nuevo ciudadano republicano venezolano. Recordemos que fue el general de ideología bolivariana Antonio Guzmán Blanco quien profirió la triste y apócrifa proclama en su discurso de inauguración de la estatua ecuestre del libertador en la plaza Bolívar de caracas, al comienzo del septenio (1.870 – 1877); Bolívar es un segundo Jesucristo y todas las generaciones tendrán que venerarlo y desde entonces muchos han sido los cambios, los ídolos y símbolos que se han construido en Venezuela, también muchos han sido los dictadores y caudillos regionales que han surgido a nombre del legado del libertador como el caso de Cipriano Castro y su revolución libertadora o invasión andina de los sesenta como también se le denominada y que anhelaba como proyecto la reinstauración de la gran Colombia.

Con el paso del tiempo muchos han sido los cambios sociales en torno al ideal y culto militar bolivariano, las plazas mayores y los caminos reales de Venezuela se convirtieron en Plazas y avenidas Bolívar, ciudades y comunidades adoptaron el nombre de bolívar, la moneda nacional y hasta el nombre de la república lleva el nombre del libertador y ni hablar del reciente concepto sincrético de la unión cívico militar que permite a los hombres de armas ejercer funciones en la administración pública y en las empresas del estado sin la debida calificación a nombre de un falso proceso bolivariano y revolucionario de carácter socialista y militarista, que de forma toxica envenena ideológicamente la psique de las personas y conduce a la sociedad civil venezolana hacia la total dominación de tutela castrense.

Con el transcurrir de la historia y en contradicción a los valores espirituales cristianos de la nación el buen concepto del bolivarianismo degeneró en una forma sectaria de culto o religión de grupos políticos e individualidades que manipulan la conciencia social a través del usufructo de la imagen y memoria del libertador Simón Bolívar para el control y la dominación toxica del pueblo venezolano. Claramente se puede observar indicios del culto religioso bolivariano en la ritualidad de idolatría militar venezolana hacia el padre de la patria desde el propio mausoleo o panteón nacional donde reposa los restos del libertador convertido en un santuario y el cual es custodiado por una suntuosa guardia de honor de usares que rinden homenaje permanentemente y durante las veinticuatro horas al día a un supuesto dios militar.

Las nuevas generaciones de venezolanos deben aprender a ver y a estudiar la figura del libertador Simón Bolívar en su justa y respetuosa dimensión, en lo claro y lo oscuro de lo que fue su existencia de grandeza política y militar, para así enaltecer el pensamiento del padre de la patria sin incurrir en falsas ideologías bolivarianas de control mental que periódicamente sirven a los intereses individuales de tiranos y opresores. Es necesario que bajemos a Venezuela del caballo militar y que sean las artes las que dominen el pensamiento civil y ciudadano, que en nuestras plazas y espacios públicos se erijan grandes monumentos e iconos artísticos que sensibilicen y eleven conductualmente el autoestima y el deseo del buen vivir de nuestra población, porque el desarrollo de un pueblo siempre será el resultado de la cultura y la visión progresista de futuro de sus ciudadanos y héroes civiles.

Éxodo 20:3-5
No tendrás dioses ajenos delante de mí.
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,

domingo, 30 de agosto de 2020

miércoles, 8 de mayo de 2019

VENEZUELA A OSCURAS ¿SABOTAJE O MALA GESTIÓN ?

lunes, 18 de marzo de 2019




  Todo un país a oscuras, es un hecho que no conocíamos desde tiempos cuando en el país no había llegado la electricidad. Llamativo que Maracaibo que fue  la primera ciudad venezolana en disponer  del alumbrado público eléctrico en 1888, con motivo del centenario del natalicio de Rafael Urdaneta; y también la segunda en América Latina, después de Buenos Aires. 

  Todo esto contrasta que hoy 140 años más tarde,  es la ciudad más castigada por el pésimo servicio eléctrico, y que en esta reciente contingencia sufrió los mayores daños, entre ellos el saqueo de más de 700 establecimientos comerciales.   

 ¿Cuál fue el origen de este mega apagón? Según diversos reportes de instituciones y de especialistas, se señala que el verano en las sabanas del Estado Bolívar, como en todo el país, aprovechó la maleza seca circundante de la estación Malena -Estado Bolívar-, y produjo un incendio que provocó un excesivo recalentamiento del tendido de las líneas de 765 kV que provienen del Guri,  con consecuencias  que afectaron la generación y la transmisión de electricidad a 23 estados, el país completo. 

  Al mismo tiempo quedó en evidencia que el sistema de generación termoeléctrica está casi paralizada y no pudo intervenir para reponer parte de la falla de la transmisión y generación hidroeléctrica.  

  La versión oficial nos tiene acostumbrados a señalar que estas interrupciones son la resultante de sabotajes, pero a la larga no se ofrecen evidencias convincentes y suministradas por las investigaciones dirigidas por equipos con independencia de criterios, no partidizados  ni parcializados con lo que el gobierno quiere que se diga. Se viene alertando que no ahondar en las causas de los múltiples accidentes en el servicio de electricidad, expone a país a contingencias de mayor gravedad y de más dificultades para su resolución, con el perjuicio para toda una nación. 

  Los expertos venezolanos que crearon el sistema eléctrico nacional, y lo administraron hasta fines del pasado siglo, coinciden en afirmar que el sistema fue diseñado con las prevenciones para administrar las contingencias regulares de un sistema eléctrico nacional, pero sin consecuencias mayores para los usuarios, hasta tal grado que lo típico de las contingencias es que ellas se presentan y se resuelven sin que los usuarios se den cuenta, dado los protocolos y mecanismos propios de la planificación, gestión y operación general del sistema. 

  Pero todo esto es bajo el supuesto de la existencia y gestión técnica de las empresas operadoras, y que si bien un servicio tan esencial como el de electricidad, conlleva la necesidad de funcionar en un marco de decisiones más allá de las operativas, digamos las políticas y las regulatorias, ya que se han de asumir conceptos fundamentales para el desarrollo social y económico de toda la sociedad, es por lo que hay un alto nivel de definiciones políticas y de desarrollo, que han de ser parte de instancias diferentes a las propias de tipo operacional como es la gestión de las empresas operadoras, en este caso el monopolio existente, como es Corpoelec. 

  Lo anterior es lo que tiene relación con las definiciones de modelos de desarrollo, favorecimientos y prioridades de regiones, sectores productivos, aperturas y financiamientos, tipos de usuarios, segmentos poblacionales. Aquí son importantes los legisladores, los políticos, los actores de la vida productiva y social, los planificadores, los financistas, los científicos, los académicos. Pero en la propia generación, transmisión, distribución y mercadeo de electricidad, son los operadores, entendidas las empresas con sus gerentes, profesionales, técnicos y trabajadores en general, quienes constituyen el cuerpo permanente para conducir las operaciones. Estos a su vez con la relación y el intercambio de un entorno de proveedores de servicios y tecnologías, tanto nacionales como globales.

  El problema de origen es que el manejo del servicio de la electricidad viene funcionando, integrando lo político, regulatorio y operacional en una misma entidad, todo confundido en los mismos criterios politizados y partidizados, con una ausencia de transparencia y de rendición de cuentas, a órganos públicos y privados que sean independientes del gobierno. 

  Aquí resulta que el Ministerio del Poder Popular para la Energía Electrica y el Presidente del monopolio de todas las actividades operativas del servicio eléctrico, Corpoelec, son dirigidos por la misma persona. Es lo mismo que ha venido ocurriendo con el sector petrolero, con iguales funestos resultados para la república que ha visto perder producción, eficiencia y aportes de beneficios para la redistribución. Un gobierno que no reconoce la división de poderes, que ha subordinado el conocimiento y la ciencia, a criterios de control de instituciones y de personas, como condición para llevar adelante su modelo centralizado y excluyente, trae a la larga estas consecuencias.  

  En el presente accidente que afectó a los 23 estados de la república, y en algunos casos con la suspensión del suministro eléctrico de hasta más de 100 horas continuas. Con perdidas humanas y materiales aún no cuantificadas. En torno a ello el gobierno esgrime unas explicaciones en la misma línea de contingencias anteriores, es decir el saboteo. 

  Otras explicaciones, procedentes del campo técnico, profesional y laboral, no coinciden razonadamente con el gobierno, y apuntan a que la contingencia es derivada de una gestión que ha desatendido los criterios y las altas exigencias técnicas para un manejo eficiente del sector, sumado a ello la enorme perdida de personal con experiencia y conocimiento que se ha marchado de la empresa, e incluso mayormente del país, por lo que se carece también de recursos suficientes para atender la complejidad operativa del sector. 

  Afortunadamente, especialmente para el futuro deseable, se han manifestado argumentaciones desde el exterior a las propias instituciones gubernamentales, razonamientos que avizoran que a pesar de los enormes daños hay evidencias para considerar que el país cuenta con elementos para asumir las emergencias derivadas de la errática gestión del sector. 

  No es descartable que a pesar de las renuncias masivas de personal del sector eléctrico, haya aún en la plantilla talentos con valores, conocimientos y perspectivas, similares a las que fundamentan lo que hemos expuesto, pero que si la gestión autoritaria que predomina en el sector logra advertir posturas que discrepen de sus dogmas, corren riesgos y peligros no solo de despidos arbitrarios e ilegales, sino riesgos de la propia integridad a la libertad y a la persona.

hector.lucena@gmail.com

@hl_lucena

jueves, 18 de octubre de 2018

EL SÍNDROME DE BURNOUT


Burnout (Síndrome del Quemado): cómo detectarlo y tomar medidas.
El Burnout o Síndrome del quemado es un trastorno psicológico que afecta a los trabajadores.

El Síndrome Burnout (quemado, fundido) es un tipo de estrés laboral, un estado de agotamiento físico, emocional o mental que tiene consecuencias en la autoestima, y está caracterizado por un proceso paulatino, por el cual las personas pierden interés en sus tareas, el sentido de responsabilidad y pueden hasta llegar a profundas depresiones. 
Síndrome Burnout: quemado en el trabajo
Este síndrome fue descrito por primera vez en 1969 al comprobar el extraño comportamiento que presentaban algunos oficiales de policía de aquella época: agentes de la autoridad que mostraban un cuadro de síntomas concreto.
En 1974 Freudenberger hizo más popular al síndrome, y posteriormente, en 1986, las psicólogas norteamericanas C. Maslach y S. Jackson lo definieron como “un síndrome de cansancio emocional, despersonalización, y una menor realización personal que se da en aquellos individuos que trabajan en contacto con clientes y usuarios”.
¿Qué es el Síndrome Burnout y cómo se manifiesta?
El síndrome sería la respuesta extrema al estrés crónico originado en el contexto laboral y tendría repercusiones de índole individual, pero también afectaría a aspectos organizacionales y sociales. Desde los años ochenta, los investigadores no han dejado de interesarse por este fenómeno, pero no es hasta finales de los noventa, cuando existe cierto consenso sobre sus causas y consecuencias. 
Uno de los modelos explicativos generales es el de Gil-Monte y Peiró (1997), pero otros como los de Manassero y cols (2003), Ramos (1999), Matteson e Ivansevich (1997), Peiró y cols (1994) o Leiter (1988), nacen para dar respuesta a las estrategias y técnicas de intervención necesarias para prevenir y minimizar efectos de un problema que va en aumento especialmente desde el comienzo de la crisis (Gili, McKee. y Stuckler. 2013).
Las diferencias culturales en el Síndrome Burnout
Aún y así, y contando con los avances desarrollados por la investigación en campos específicos, todavía existen diversas interpretaciones sobre el tipo de intervención más apropiado a la hora corregirlo: bien de tipo individual, acentuando la acción psicológica, o bien de tipo social u organizacional, incidiendo en las condiciones de trabajo (Gil-Monte, 2009). Posiblemente, estas discrepancias tengan su origen en la influencia cultural. 
Los estudios de Maslach, Schaufeli y Leiter (2001), encontraron que existen ciertas diferencias cualitativas en el perfil americano y europeo, ya que estos últimos muestran niveles más bajos de agotamiento y cinismo. Independientemente del continente en que usted viva, hay ciertos aspectos que debe conocer para poder actuar a tiempo y poder prevenirlo o corregirlo. En este artículo encontrará algunas claves sobre este fenómeno. Lo que aprenda, puede ayudarle a enfrentar el problema y tomar medidas antes que afecte a su salud.
Personas en riesgo de sufrirlo
Usted puede ser más propenso a experimentar Burnout si cumple varias de las siguientes características (en forma de señales o síntomas):
·        Se identifica tan fuertemente con el trabajo que le falta un equilibrio razonable entre su vida laboral y su vida personal.
·        Intenta ser todo para todos, asumir tareas y funciones que no corresponden a su cargo.
·        Trabaja en empleos relacionados con actividades laborales que vinculan al trabajador y sus servicios directamente con clientes. Esto no significa que no pueda presentarse en otro tipo de labores, pero en general doctores, enfermeras, consultores, trabajadores sociales, maestros, vendedores puerta a puerta, encuestadores, oficiales de cobro y otros muchos oficios y profesiones tienen mayor riesgo de desarrollar la condición.
·        Siente que tiene poco o ningún control sobre su trabajo.
·        Su trabajo es especialmente monótono y no tiene sobresaltos.
¿Puedo estar experimentando Burnout en el trabajo?
Hágase las siguientes preguntas para saber si usted está en peligro de padecer Burnout:
·        ¿Se ha vuelto cínico o crítico en el trabajo?
·        ¿Se arrastra para ir a trabajar y suele tener problemas para empezar una vez ha llegado?
·        ¿Se ha vuelto irritable o impaciente con los compañeros de trabajo o clientes?
·        ¿Le falta la energía para ser consistentemente productivo?
·        ¿Le falta la satisfacción en sus logros?
·        ¿Se siente desilusionado con su trabajo?
·        ¿Está consumiendo excesiva comida, drogas o el alcohol para sentirse mejor?
·        ¿Sus hábitos de sueño o apetito han cambiado por culpa de su empleo?
·        ¿Está preocupado por los dolores de cabeza inexplicables, dolores de espalda u otros problemas físicos?
Si usted contestó sí a alguna de estas preguntas, puede estar experimentando Burnout. Asegúrese de consultar con su médico o un profesional de la salud mental, sin embargo, algunos de estos síntomas también pueden indicar ciertas condiciones de salud, como un trastorno de la tiroides o depresión.
Síntomas principales
·        Agotamiento emocional: un desgaste profesional que lleva a la persona a un agotamiento psíquico y fisiológico. Aparece una pérdida de energía, fatiga a nivel físico y psíquico. El agotamiento emocional se produce al tener que realizar unas funciones laborales diariamente y permanentemente con personas que hay que atender como objetos de trabajo.
·        Despersonalización: se manifiesta en actitudes negativas en relación con los usuarios/clientes, se da un incremento de la irritabilidad, y pérdida de motivación. Por el endurecimiento de las relaciones puede llegar a la deshumanización en el trato.
·        Falta de realización personal: disminución de la autoestima personal, frustración de expectativas y manifestaciones de estrés a nivel fisiológico, cognitivo y comportamiento.
Causas
El agotamiento del trabajo presente en el Síndrome Burnout puede ser el resultado de varios factores y puede presentarse normalmente cuando se dan condiciones tanto a nivel de la persona (referentes a su tolerancia al estrés y a la frustración, etc) como organizacionales (deficiencias en la definición del puesto, ambiente laboral, estilo de liderazgo de los superiores, entre otros). 
Las causas más comunes son las siguientes.
1. La falta de control
Una incapacidad de influir en las decisiones que afectan a su trabajo: como su horario, misiones, o la carga de trabajo que podrían conducir a agotamiento del trabajo.
2. Expectativas laborales poco claras
Si no estás seguro sobre el grado de autoridad que tenga o de su supervisor o los demás esperan de ti, no es probable que se sienten cómodos en el trabajo.
3. La dinámica de trabajo disfuncional
Tal vez usted trabaja con una persona conflictiva en la oficina, se siente menospreciada por los compañeros o su jefe no le presta suficiente atención a su trabajo.
4. Las diferencias en los valores
Si los valores difieren de la forma en que su empleador hace negocios o atiende las quejas, la falta de correspondencia puede llegar a pasar factura.
5. Mal ajuste de empleo
Si su trabajo no se ajusta a sus intereses y habilidades, puede llegar a ser cada vez más estresante en el tiempo.
6. Los extremos de la actividad
Cuando un trabajo es siempre monótono o caótico, necesita energía constante para permanecer centrado, lo que puede contribuir a niveles más altos de fatiga y agotamiento del trabajo.
7. La falta de apoyo social
Si usted se siente aislado en el trabajo y en su vida personal, usted puede sentirse más estresado.
8. Desequilibrio entre la vida laboral, familiar y social
Si su trabajo ocupa gran parte de su tiempo y esfuerzo y no tiene suficiente tiempo para estar con su familia y amigos, se puede quemar rápidamente.
Efectos psicológicos y en la salud
Ignorar o no tratar el Burnout, puede tener consecuencias significativas, incluyendo:
·        El estrés excesivo
·        Fatiga
·        Insomnio
·        Un desbordamiento negativo en las relaciones personales o vida en el hogar
·        Depresión
·        Ansiedad
·        El alcohol o abuso de sustancias
·        Deterioro cardiovascular
·        El colesterol alto
·        Diabetes, sobre todo en las mujeres
·        Infarto cerebral
·        Obesidad
·        Vulnerabilidad a las enfermedades
·        Úlceras
·        Pérdida de peso
·        Dolores musculares
·        Migrañas
·        Desórdenes gastrointestinales
·        Alergias
·        Asma
·        Problemas con los ciclos menstruales
Recuerde, si usted cree que puede estar experimentando Burnout, no ignore sus síntomas. Consulte con su médico o con un profesional en salud mental para identificar o descartar la existencia de condiciones de salud subyacentes.
Terapia, tratamiento y consejos
Si está preocupado por el Burnout en el trabajo, debe tomar medidas. Para comenzar:
·        Administre los factores estresantes que contribuyen al agotamiento del trabajo. Una vez que haya identificado lo que está alimentando sus síntomas de Burnout, puede hacer un plan para resolver los problemas.
·        Evalúe sus opciones. Discuta las preocupaciones específicas con su supervisor. Tal vez puedan trabajar juntos para cambiar las expectativas o llegar a compromisos o soluciones.
·        Ajuste su actitud. Si se ha vuelto cínico en el trabajo, tenga en cuenta las formas de mejorar su perspectiva. Vuelva a descubrir los aspectos agradables de su puesto. Establezca relaciones positivas con los compañeros para lograr mejores resultados. Tome descansos cortos durante todo el día. Pase tiempo fuera de la oficina y haga las cosas que le gustan.
·        Busque apoyo. Ya sea que llegue a los compañeros de trabajo, amigos, seres queridos u otras personas, el apoyo y la colaboración pueden ayudar a lidiar con el estrés laboral y la sensación de agotamiento. Si usted tiene acceso a un programa de asistencia al empleado, aproveche los servicios disponibles.
·        Evalúe sus intereses, habilidades y pasiones. Una evaluación honesta puede ayudarle a decidir si debe considerar un trabajo alternativo, como por ejemplo uno que es menos exigente o que mejor se ajusta a sus intereses o valores fundamentales.
·        Haga algo de ejercicio. La actividad física regular como caminar o andar en bicicleta, puede ayudarle a lidiar mejor con el estrés. También puede ayudarle a desconectar fuera del trabajo y dedicarse a otra cosa.
En resumen, lo recomendable es mantener una mente abierta mientras considera las opciones, y si piensa que está sufriendo este síndrome, intente solucionarlo lo antes posible. 
También es importante de no hacer del problema algo más grave confundiendo el Síndrome Burnout con una enfermedad: ni lo es, ni sus desencadenantes tienen por qué encontrarse en el cuerpo de uno mismo para tener claro esto, es bueno leer este artículo: "Las diferencias entre síndrome, trastorno y enfermedad".
Referencias bibliográficas:
·        Martín, Ramos Campos y Contador Castillo (2006) “Resiliencia y el modelo Burnout-Engagement en cuidadores formales de ancianos”, Psicothema, vol.18, nº4, pp. 791-796.
·        Maslach y Leiter (1997) The truth about burnout. San Francisco, CA: Jossey Bass.
·        Maslach, Schaufeli y Leiter (2001) Job Burnout. Annual Review of Psychology, 52, 397.422.
·        Matteson e Ivancevich (1987) Controlling Work Stress: Effective resource and Management Strategies. San Francisco, CA: Jossey- Bass.



lunes, 15 de octubre de 2018

LA PERDIDA DEL CAPITAL HUMANO EN VENEZUELA

Miércoles, 3 de octubre de 2018



 


  Toda persona que se ofrece al mercado laboral es portadora de un capital, que consiste en su actitud y voluntad de trabajo, además su experiencia, formación, calificación, saberes; hablamos entonces de capital humano. Puede que el cargo que consiga en una determinada oportunidad no permita que todo su aporte sea aprovechado, pero ya eso estará relacionado con lo que demande el empleador y con el ambiente organizacional que reine en ese espacio laboral.


  Las intenciones de eliminar, restringir o achatar los tabuladores, es equivalente a atentar contra las carreras laborales que se han construido en los diversos espacios productivos con los aportes de las empresas, de los trabajadores y aquellas instituciones que apoyan la formación y capacitación. Se puede considerar que se trata de un capítulo más de la restricción del desarrollo del capital humano en el país. Hay que señalar que los diferenciales establecidos en los tabuladores y en carreras, al menos por los convenios colectivos, no se caracterizan por ser muy altos, se han venido achatando. 



  En este orden de atentar contra el capital humano, no es posible dejar de mencionar el fenómeno insólito del despido de más de 20 mil trabajadores con un promedio de 15 años de experiencia c/u en la actividad petrolera, la fuente principal del sustento de los venezolanos, más de la mitad del total del personal de la empresa estatal PDSA, y en algunas áreas especializadas hubo un vaciamiento casi total. 



  A partir de ahí, el capital humano verdaderamente dejó de ser una categoría de valor en la conducción de la revolución. Luego se ha visto gradualmente la castración de ese capital en otros sectores importantes de la actividad productiva, como el eléctrico, siderúrgico, y empresas básicas en general, así como restricciones a entidades de servicios, formación y centros de investigación. Igual ocurre con todo aquello que cae en manos de esta concepción, que no concilia con ver a los trabajadores como el capital humano de la nación, y que la palabra meritocracia es percibida negativamente. 



  Tanto los trabajadores como las empresas en los marcos construidos por las relaciones de trabajo o relaciones laborales, han configurado los mercados laborales internos que es generalmente la primera fuente a la cual se recurre para llenar las vacantes por creación de nuevos cargos, por la sustitución de otro trabajador sea por haberse ido o por los ascensos y promociones de los titulares. Entendido que  en todo centro de trabajo hay un mercado interno, y que también existe una movilidad laboral de entrada y salida, todo ello inserto en un ámbito mayor que son los mercados laborales externos.



  Los mercados laborales más inmediatos para los trabajadores son los internos, ya que al estar dentro de una organización productiva se abre la posibilidad de una carrera. En tiempos de abundante empleo, los trabajadores tienden a rotar de una empresa a otra, porque en general los cambios traen algunas ventajas, casi siempre económicas, pero igual puede ser de tiempo de trabajo, de localización y distancia, de ambiente humano, de aprendizaje. Pero en nuestro país hace años que no se ha producido un crecimiento estable para que se haya producido un crecimiento sostenido del empleo productivo, de ahí que se ve con mayor atención las alternativas de los mercados internos.



  Si bien en estos años de la llamada revolución, desde las políticas públicas se ha tendido  a rigidizar el mercado laboral con las reiteradas regulaciones de inamovilidad, sólo que funcionando con un doble rasero. Era efectiva en los empleos del sector privado, sometidos al escrutinio y a las inspecciones, pero no en los estatales, en donde la exclusión empezaba desde las mismas condiciones y requisitos para el ingreso, y luego, ya empleado, el sometimiento a exigencias ajenas al trabajo, determinaban la permanencia. 



  Por supuesto que no es dable hablar de mercados en los términos de la teoría neo clásica, pero igual tampoco en los de la institucionalista, porque supuestamente las regulaciones y los acuerdos contractuales se sustentaban en el derecho al trabajo, y la permanencia en el cumplimiento de las obligaciones que impone el contrato de trabajo; pero el modo de dirigir las organizaciones con preeminencia de los intereses ideológicos del partido gobernante, erosionó estos valores en los empleos del mayor empleador.



  La brutal caída de los salarios y el desmejoramiento general de las condiciones de trabajo visto en los últimos cinco años, pudo más que las pretendidas fidelidades obligadas a servir al ideario revolucionario, y es por lo que del sector estatal se ha producido una estampida de personas que ven con impotencia la destrucción de las organizaciones, y con ellos el derrumbe de sus empleos. ¿Y hacia donde se dirigen? La mayor parte hacia otros países, y en menor proporción hacia los mercados laborales locales. De los primeros, ya se menciona la salida precipitada de cerca de tres millones de venezolanos, huyendo de la falta de oportunidades en los mercados laborales, o si se consiguen empleos, no permiten una vida digna. 



  Ante una situación como esta, el régimen recurre a eliminar o quitarles contenidos a las carreras laborales, y ya no solo en donde es el patrono directo, que ya es bastante gente involucrada, sino en el conjunto del mercado laboral nacional. 



  Finalizando, dada la deficiente atención gubernamental a las instituciones que juegan un papel importante en la formación y sostenimiento del capital humano, como son las empresas, las universidades, las organizaciones gremiales y sindicales, los centros de formación profesional y entrenamiento, de investigación y desarrollo, el país sigue perdiendo tan importante recurso como es el capital humano.